Gazpacho andaluz suave

Habréis notado que llevo unos días muy calladita... No es que me haya olvidado de vosotros, sino que necesitaba despejarme un poquitín. Pero vuelvo hoy a la carga, con las pilas cargadas.

Y os traigo esta receta tremendamente fácil de un clásico del verano: el gazpacho.

No hemos de confundir el gazpacho con el salmorejo. Ambos son dos platos completamente distintos. Aunque de color similar (puesto que tienen como base el tomate), su sabor y textura son diferentes. Os dejo aquí también el enlace a la receta para preparar salmorejo casero (también es muy fácil, no dejéis de probarlo).

El gazpacho es uno de esos platos que en cada sitio (incluso en cada familia) se hace de forma distinta. La versión que yo preparo es muy similar al gazpacho andaluz, pero cambiando las proporciones de algunos ingredientes, para que resulte más fácil de digerir. De hecho, incluso lo pongo para cenar y no nos sienta mal...

Para los que no conozcáis este plato, se trata de una sopa fría de tomate (con más ingredientes), con muchas vitaminas y muy adecuado para rehidratarse cuando las temperaturas son muy altas. Se suele servir como primer plato o como acompañamiento.

Resulta muy fácil de preparar y el único secreto para un buen gazpacho es que los tomates estén en condiciones.

INGREDIENTES

Con estas cantidades de ingredientes, me sale una fuente grandota de gazpacho, que me da para 6 u 8 raciones.

• 1 kg de tomates rojos maduros
• 1 pepino pequeño (o 1/2, si es grande)
• 1 pimiento verde pequeño
• 1 rodaja de cebolla
• 1 diente de ajo pequeño (o 1/2, si es grande), sin el brote central
• 1/2 pieza mediana de pan (unos 50 gr)
• Aceite de oliva
• Vinagre de vino blanco
• Sal
• Agua fría

PREPARACIÓN

Lavamos y pelamos toda la verdura, incluso los tomates (porque la piel del tomate resulta bastante indigesta). El pimiento lo abrimos y sacamos todas las semillas.

Lo vamos troceando todo y poniendo en el vaso de la batidora.

A mí me resulta más cómodo hacer el gazpacho en una batidora de vaso (tipo americana), pero también se puede hacer con una batidora de brazo normal. Lo que sí os digo una cosa: si usáis como yo una batidora de vaso, usadla sólo para hacer gazpachos y salmorejo, porque el plástico coge el sabor a vinagre (aunque lo dejéis en remojo con lejía) y si luego la usáis para hacer batidos no sabrán bien. Lo que ocurre es que yo en verano suelo hacer gazpacho y salmorejo con muuuucha frecuencia, por lo que sí me merece la pena tener una batidora de vaso sólo para eso.

Aliñamos con aceite, sal y vinagre al gusto. Al ponerle la sal, hay que tener en cuenta que luego le añadiremos agua.

Batimos bien, hasta que esté todo homogéneo, y vertemos en una fuente o bol grande. Pero el gazpacho aún no está listo. Esta mezcla es demasiado espesa: hemos de añadir agua fría. ¿Cuánta? Pues depende, es a ojo. Debéis tener en cuenta que ha de tener una consistencia lo suficientemente ligera como para poder beberlo en vaso (aunque sin quedar aguado). Yo le suelo echar más o menos 3/4 l de agua. Lo hago poco a poco, removiendo con una cuchara, y voy probando. 

Cuando tiene la consistencia adecuada, si fuera necesario, corregimos de sal, tapamos y ¡a la nevera! 

Se sirve MUY frío. Si calculáis que no os va a dar tiempo de que se enfríe lo suficiente, podéis sustituir parte del agua por hielo, guardar en la nevera y esperar a que se derrita.

Se puede tomar bebido, en vaso o cuenco. También se puede servir en un plato, para tomar con cuchara. Yo me lo tomo solo, pero se puede servir acompañado de picos de pan, o de verdura cortada en daditos (tomate, pimiento, cebolla y pepino), para que cada uno se sirva lo que quiera.

Pues nada más por hoy. Yo me retiro ya, que estoy preparando algunas cositas nuevas... Ya os contaré. ¡No, si yo no me aburro! Jejeje...

Besitos y... ¡hasta el próximo post!