¿Qué puedo decir de esta receta? Es muy fácil, se hace en poco tiempo y cunde bastante. Y, además, está buenísimo. Lo puedes preparar para fardar con las visitas, para apañar una cena de picoteo o para la merienda de los niños (tiene muchísima menos grasa y más alimento que los industriales).
Y si lo servís con un pan de soda casero recién hecho, calentito y crujiente... ¡triunfáis seguro!
INGREDIENTES
- 1 kg de higaditos de pollo
- 200 ml de nata líquida
- 2 cucharadas soperas de mantequilla
- 1 copita de brandy
- Cebolla
- Sal y pimienta
PREPARACIÓN
Lavar y trocear los higaditos. Retirar los corazones y toda la grasa que podamos. Vamos a usar sólo los hígados (los corazones podemos reservarlos, por ejemplo, para un arroz, se pueden congelar).
Trocear la cebolla: la cantidad es al gusto.
En una sartén, pochar la cebolla con la mantequilla. Añadir los higaditos, salpimentar y dorar a fuego fuerte.
Bajar a fuego medio y añadir el brandy. Cocinar unos 15 minutos, hasta que los higaditos estén bien hechos. Añadir la nata y mezclar bien con el jugo que han soltado los higaditos. Cuando hierva, retirar del fuego.
Pasarlo a un recipiente adecuado y triturar bien con la batidora, hasta obtener una pasta fina, sin trocitos ni grumos.
Verter en una fuente y dejar enfriar a temperatura ambiente. Después, meterlo en la nevera y dejar que se enfríe. Aunque te parezca que está muy líquido, no te preocupes: si has respetado las proporciones, cuando se enfría se vuelve más denso, con la textura propia de un paté.
Y cuando esté frío... ¡a comer! Espero que os guste tanto como a nosotros.
Hola,te sigo para aprender de tu cocina.Tenía ganas de hacer paté y he encontrado tu receta.
ResponderEliminarSaludos.